El pasado viernes 2 de diciembre tuvo lugar en la localidad sevillana de Guillena una ponencia a cargo del graduado social Pablo Segura Romero acerca del sistema público de pensiones en España. La ponencia tenía como objetivo revisar los cambios que han supuesto las últimas reformas del sistema y su impacto en la clase trabajadora española y femenina.
Durante la primera parte de la jornada se analizó de manera pedagógica los cambios que introducieron la de 2011 y la de 2013. En el caso de la de 2011, se analizó las consencuencias que ha tenido el retraso de la edad ordinaria de jubilación, el aumento del periodo de cotización, así como el periodo de cómputo de la prestación. Para la reforma de 2013 se estudió los cambios que suponen en cuanto pérdida de poder adquisitivo la introducción del llamado Factor de Sostenibilidad, el cual está compuesto de un primer elemento conocido como «Factor de Equidad Intergeneracional» o FEI, que consiste en una revisión de la cuantía de la pensión con base a la evolución de la esperanza de vida cada quinquenio, y el segundo, el llamado «Factor de Revalorización Anual» o FRA, por el que la pensión de jubilación deja de estar indexada a la evolución del coste de la vida y pasa a estar en torno a un porcentaje mayor o menor en función de la evolución de la salud de los ingresos de la Seguridad Social y el número de beneficiarios de pensiones.
En la segunda parte de la ponencia se trató como está afectando estas últimas reformas en el día a día sobre la vida de los trabajadores y trabajadoras en España, y la previsión que se espera, en cuanto se consoliden las reformas. Sin embargo, ya es evidente la pérdida de poder adquisitivo de los pensionistas y que tales reformas no han servido para que el sistema goce de mayor salud. Asimismo, se hizo un sesgo especial sobre el impacto de género, ya que el colectivo femenino tiene históricamente mayor dificultad de acceso y peores condiciones de acceso al sistema de pensiones, pues éste reproduce las misma asimetrías del mercado laboral. Algo que las reformas nunca tuvieron intención de corregir, si bien a lo sumo establecer algunos pequeños parches.
En la tercera, y última parte de la jornada, se propusieron alternativas y soluciones al sistema, estando enfocado en la viabilidad del sistema y que tal debe ir ligado a un cambio de políticas económicas y sociales, y no tanto a un cambio del modelo de aseguramiento, como pretenden desde ciertos sectores. Además, se confió en que la salida debe estar en el reforzamiento de lo público por haber contribuido éste. y a pesar de las deficiencias del mismo, un mayor nivel de solidaridad y equidad intergeneracional.
